En los últimos años, la denominación de pueblo mágico se ha extendido a cada uno de los estados del país, y por supuesto que el Estado de México no podía faltar en esta lista. Pequeño pero encantador, te decimos qué ver en Malinalco, este lugarcito mexicano que estamos seguros te cautivará.
Qué ver en Malinalco, Estado de México
A una hora de distancia de la ciudad de Toluca, Malinalco está listo para recibir a todos aquellos que deseen un poco de aire fresco, naturaleza y eso sí, mucha historia de nuestros antepasados mexicas. Su vegetación, ambiente tranquilo y aire fresco te pondrán en total confort con el entorno y la naturaleza.
La mejor opción es caminar por sus callecitas empedradas, disfrutar de la comida y las artesanías en cada puesto del mercado o en los locales establecidos. Aquí se respira tranquilidad y le dices adiós al estrés rutinario.
Qué ver en Malinalco – sus calles empedradas
Ya sabes, lleva zapatos y ropa cómodos, porque te espera una buena travesía que realizarás a pie. Si llevas auto, lo mejor es estacionarlo en algún sitio seguro y de ahí dejarte llevar por las edificaciones y el paisaje lleno de cerros que te transportarán sin duda a un mundo mejor.
No dudes en pararte en los puestecillos para que elijas qué llevar a casa. Recuerda que puedes contribuir a que los artesanos y pequeños empresarios crezcan, consumiendo productos hechos en México. Hay para todos los gustos y no te podrás resistir a llevarte un tesoro.
Qué ver en Malinalco – Templo de los Guerreros
Si quieres conocer el verdadero espíritu de Malinalco, debes subir al pequeño cerro que destaca en el pueblo, donde encontrarás el Templo de los Guerreros Águila y Jaguar, un vestigio prehispánico de la riqueza cultural que alguna vez reinó en este sitio. Imagina que estuvieras allí y que todo aquello estuviese en su esplendor, ¡se enchina la piel!
Lo mejor es la maravillosa vista que tienes desde la cima: un pueblo mágico que se alza ante tus ojos, las pequeñas tejas, las calles simétricas y ese hermoso árbol que será el protagonista de tus recuerdos y fotografías.
Si deseas reposar un poco, puedes subir a la pirámide y desde ahí ver alguna representación de la llegada de los españoles al pueblo, o solo observar a tu alrededor mientras el aire puro llena tus pulmones. En la zona hay guías que te cuentan la historia de Malinalco a cambio de una propina voluntaria.
Qué ver en Malinalco – Truchas y pizza
Al caer la tarde, y después de subir y bajar los más de 250 escalones que te dirigen a la zona arqueológica, seguro tu hambre y sed se incrementarán. Lo típico de Malinalco son las truchas frescas, que verás en todos lados, con una cerveza muy fría. Si quieres otras alternativas, hay locales donde venden pizza al horno, demasiado rico para resistirse.
Busca un poco o pregunta a los locales, siempre habrá alguien amable que te recomiendo un sitio rústico y casero. Aquí todos se apoyan y te darán una opción que estamos seguros, amarás.
Qué ver en Malinalco – Convento Agustino
Como dice el dicho: ‘Panza llena, corazón contento’; así que es hora de conocer la joya arquitectónica que representa el Convento Agustino, edificación que data del siglo XVI y aún conserva sus murales casi intactos, lo que te permite disfrutarlos y verlos a detalle mientras recorres sus altas paredes y admiras su arquitectura.
En la parte exterior hay un jardín hermoso, con bancas y pasto para que las familias disfruten de las áreas verdes mientras amaina el calor a la sombra de un árbol. Y por dentro es un golpe de cultura, pintura y color que te dejará atónito.
Qué ver en Malinalco – Casa de Cultura
Hay otros espacios que puedes visitar, como el Museo Universitario, el cual expone piezas prehispánicas, fotografías y otros artículos referentes a la historia de Malinalco.
Su catedral también es un recinto que visitarás para conocer de cerca los frescos, figuras religiosas y todo lo que se esconde tras esas cuatro paredes.
Antes de irte, procura toparte con la Casa de Cultura, un edificio pequeño donde imparten talleres para fabricar alebrijes y otras curiosidades que captarán tu atención. Si tienes a la mano papel y pluma, puedes escribir poesía y colgarla en el ‘árbol de poemas’… o si tienes suerte, arrancar uno y llevarlo contigo como recuerdo.
Antes de oscurecer, regresarás a casa con una amplia sonrisa y las ganas de volver muy pronto. ¿Ya fuiste? ¡Cuéntanos qué te pareció!